YOGA - Emmanuel Carrère

Carrère era un autor que tenía en mi lista de lecturas pendientes, pero que nunca había llegado el momento. El libro que tenia apuntado era El Reino, pero llegó Yoga, y por ahí empecé.

Fue en medio de un viaje a Europa, lo tenia cargado en mi Kindle, Carlita mi amiga y compañera de trabajo me lo había pasado. Obviamente, mis estímulos estaban activados 1000 x 1000 24/7 por el viaje, no tenía espacio para mucho más, sin embargo, como para mí leer es una necesidad, lo empecé. En el poco tiempo que leía, aún vencida por el cansancio, el libro me atrapó y eso ya me pareció un montón.

La primera sensación que me transmitió fue ganas de practicar yoga. Ya en Bs. As. me encontré intentando escuchar mi respiración: quería saber si era de las personas a las que les resulta más fácil exhalar o inhalar. Por suerte, me di cuenta, creo que a tiempo, que el subte no era el lugar. Pero así de fuerte me atrapa la lectura.

Carrère en dos líneas me lleva a su mundo. A partir de una experiencia personal logra un alcance universal y siento que está conversando conmigo y me gusta lo que me cuenta. Porque no se trata de un manual práctico de yoga, ni de un libro de autoayuda, sino que es una historia de vida. La vida de Emmanuel Carrère.

Y resulta que ese librito sutil y ameno sobre yoga, que Carrère me había propuesto leer, se transformó en un libro tan profundo que no podía dejarlo.

Es un relato en primera persona, dividido en 3 partes, conformados por capítulos cortos, donde cada capitulo tiene un título.
El libro comienza con la narración de la estadía del autor en un retiro de 10 días en los que deberá abstraerse del mundo.
Se propone escribir sobre esta experiencia, pero nos aclara que no es nada improvisado. El yoga es una práctica que realiza hace años, aunque de manera ininterrumpida y sin ningún tipo de registro previo. No es un experto, pero tampoco un improvisado.

Ya en el comienzo nos advierte que narrará esos cuatro años en los que intentó escribir un "librito risueño y sutil sobre el yoga", pero la vida lo llevó por caminos nada risueños, hasta terminar en un a profunda depresión.

Elije empezar a narrar la mañana de enero de 2015 en el que emprendió el viaje de 10 días. Su primera decisión fue dejar el teléfono en su casa y comenzar en ese momento su estancia fuera de los radares.

Hay un capítulo que se llama: abrazar árboles. Hasta ese momento, todo lo que Carrère decía yo, lo suscribía, pero en este punto pensé que hasta ahí había llegado nuestra mirada compartida del mundo. Conozco gente que abraza arboles, y en general, cuanto mas los abrazan peor me caen. Esta coincidencia aplica al menos para las personas que yo conozco, mientras sienten la savia que recorre el tronco, olvidan hijos, padre y afectos que contenemos los que no abrazamos arboles tan seguido.

Pero resulta que a Carrère, tampoco le caen tan bien, ya que se pregunta si la gente que lo hace (eso de de abrazar arboles), sentiría ese impulso si no les hubieran dicho que se hace, que es una señal de sensibilidad, de conexión con la naturaleza, etc. No lo sabemos. Ni Carrère ni yo, y eso es suficiente para que, al menos yo, siga pensando que abrazar arboles es una postura new age. No digo que no haga bien si se hace con conciencia. Lo que me pregunto es cuanto se conecta uno, si durante el abrazo se saca una selfie. 

La segunda parte del relato cambia definitivamente. el libro risueño y sutil fracasa. Este libro es otra cosa. el descenso a los infiernos y la lucha de Carrère y de los médicos intentando que vuelva a una vida equilibrada. Tremendo, crudo, pero también interesante. Como es posible que una cabeza tan genial, tan inteligente, pueda causarse tanto daño al caer, a pesar de su lucha por no hacerlo, en sentimientos y sensaciones tan dañinas. 

La tercera parte transcurre en Grecia, donde el tema de la inmigración es central. (como  si el tema de la salud mental no fuera suficiente para convertir el libro sutil en un imprescindible, abre otro temazo.) 

Al terminar el libro no hay duda que entra en la lista de mis elegidos. Ahora voy por El Reino, y las expectativas son altas.


  • Yoga, POL, 2020. En español: Anagrama, 2021.
  • mayo 2023

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